El origen de las historias

Les voy a contar una historia verdadera que parece novela.
Se la contó una alumna de 70 años a una amiga mía que enseña inglés.
Es la historia de su abuela, y de cómo terminó casada con su abuelo.
Es real, pero parece sacada de una película.
Ahí va:

Fue a fines del 1800, en un pueblito del sur.
Nuestra protagonista, la abuela de la que contó la historia, de quien no sabemos el nombre pero para abreviar la llamaremos a partir de ahora Luisa, conoció en el baile del club a un apuesto canadiense a quien llamaremos Charles, y con el cual bailó.
Él estaba de paso por el pueblo: había venido desde tan lejos porque le habían comentado que en el sur había lagos tan hermosos como los de su Canadá. Muchacho de buena familia, estaba terminando sus estudios de medicina cuando decidió venirse a comprobarlo con 2 amigos mas, aventureros como el.
Fueron pasando de ciudad en ciudad en su camino al sur, y en este pueblito se habían detenido a pasar unos días cuando aprovecharon para ir al baile.
Luego de bailar unos temas bajo la atenta mirada de la madre, como se estilaba en aquel entonces para una chica de 17 años, él le prometió que volvería por ella.
Al día siguiente se marcharon en su rumbo al sur. Se embarcaron, con tanta mala suerte que su barco naufraga (no aclaran si iban con alguien mas, o si era un barco pequeño y solo iban ellos).
El asunto es que nadan hasta la orilla, y ahí se encuentran con unos indios (¿Tehuelches? ¿Onas?).
Los indios no les hacen daño, al parecer los tratan con mucha consideración por ser blancos, pero los mantienen cortesmente prisioneros y no los dejan marchar.
Todas las noches son vigilados por un indio que les impide escapar cerrándoles el camino.
Aparentemente habían conseguido una cuchara, porque se turnan cuando el indio se duerme para escarbar un tronco que hay por allí y con el paso de las semanas se habian fabricado un bote.
Al final se escapan, y no sé de que manera fueron a dar a Chile, donde se contactan con la embajada de Canadá, que los auxilia, y donde esperan el giro desde canadá que les mandan sus familias, y así regresan a su hogar.
Una vez allí, Charles quiere imperiosamente volver, pero sus amigos le dicen que ni locos.
Al final, termina sus estudios, y se vuelve a la Argentina donde se enrola en el ejército como médico.
Lo mandan en un destacamento al sur, a una ciudad mediana, que está a pocos kilómetros de la ciudad donde vive Luisa.
Una tarde, Luisa se descompone muy mal, y los padres desesperados se encuentran con que el médico del pueblo no estaba y no iba a llegar hasta la mañana siguiente.
Con muchísimo miedo por la vida de su hija, deciden recorrer los kilómetros que los separan de la ciudad vecina para que los atienda el médico de esa ciudad.
Llegan, la entran al consultorio, y se quedan afuera esperando el dictamen del galeno.
Héte aquí que el galeno no era otro que nuestro Charles, que la reconoce en seguida y le dice:
- ¿Se acuerda de mí? - y ella asiente.
El padre ve salir al médico sonriente, que le dice:
- Tengo dos cosas para decirle: la primera es que su hija está bien, no corre peligro alguno.
- ¿Y la segunda?
Charles inspira profundo, y lo mira a los ojos:
- La segunda es que quiero pedirle formalmente la mano de su hija
- Pe.. ¿Y la niña está de acuerdo? - atina a decir el padre
- Si, ya lo hablé con ella
Y así fue como se terminaron casando.

Y aquí terminó la historia que le contó su alumna de 70 años a mi amiga que enseña inglés.

Y como nosotros no nos quedamos solo con lo relatado, alquilamos un retro-visor del tiempo, y procedimos a enfocarlo sobre la ciudad donde vivía Charles, intentando corroborar la historia.
Sale caro alquilarlo, y solo lo pudimos utilizar una hora, pero alcanzamos a retro-ver una conversación de Charles con un amigo a quien no pudimos identificar.

Charles: Uhhhhhhhhhhhh, bolúuuuuuuuuuuu(1), no sabés el minón(2) que me enganché
Amigo: Naaaaaaahhh, contame, loco, contame
Charles: ¿Te acordás que hace cuatro años fuimos a bailar al pueblito ese?
Amigo: Mmmm... no... ¿cuándo?
Charles: Aquella vez... cuando fuimos con Horacio... ¿Te acordás que fuimos al baile del pueblo?
Amigo: Uhhh, siiiiii, que vos bailaste con la pendeja(3) esa flacucha... ¡¡¡Si serás bagallero!!!(4)
Charles: ¡Si! Esa, ¿te acordás? Que le tuve que decir que iba a volver a buscarla asi se quedaba tranquila y podía sacármela de encima
Amigo: Siiiii, era fieríiiiiisima(5)
Charles: ¡Cagáte de risa! EL otro día se aparece un tipo con un flor de minón, re asustado que pensaba que se le moría... yo la metí al consultorio, y la revisé... No tenía nada, solamente se había insolado
Amigo: ¿Y?
Charles: Y bué, no sabés lo buena que estaba, un bombonazo.., y al mirarla de nuevo, ¡la reconocí! Vos sabés que yo jamás olvido una cara
Amigo: ... ¿Quién era?
Charles: ¡¡¡Era la minita!!! Pero se había transformado, ¡Ahora estaba hermosa! Y cuando la ví me acordé que había prometido volver a buscarla, y me dije: acá la cagaste... ¿como arreglarlo? ¡la dejé re-plantada! (6)
Amigo: ¡Si! ¿Y qué le dijiste?
Charles: Y... le inventé toda un chamuyo(7) de que estaba viajando, y unos indios, y que me volví a Canadá, y el ejército, y todo el cuento... ¡Un bolazo de puta madre! Pero estaba inspirado...
Amigo: ¿Y? ¿Te creyó?
Charles: ¡Pero claro! Y ahí nomás le pedí la mano a ella, y despues al viejo... ¡Me salvé de por vida!(8) Que minón que me enganché
Amigo: Si, loco, vos sos re bagallero en general, ¡Ahora la pegaste! (9)

Y ahí se nos acabó el alquiler. Ahora saben: No todo lo que les cuentan es verdad... pero si ustedes lo repiten y lo mantienen, puede transformarse en toda una leyenda familiar.

E. C. Ptico (Eduardo Carlos Ptico)
Envíe su leyenda para ser analizada a RefutameEsto@orion.org.ar

Aclaraciones de términos y expresiones para los lectores no argentinos:
(1) Uhhhhhhhhhhhh, bolúuuuuuuuuuu: Una expresión para hablar con amigos de cosas así. Le da onda al asunto.
(2) Minón: En Argentina, a las minas les decimos "minas". Bah, es decir, a las mujeres les decimos "minas". A una mina que está muy buena (o sea, es muy linda, es guapa) o está muy fuerte (o sea que tiene buen culo y buenas tetas, principalmente) se le dice "minón"
(3) Pendeja: adolescente (de sexo femenino)
(4) Bagallero: que siempre conquista o atrae la atención de minas feas.
(5) Fiera: horrible
(6) Dejar plantado/a a alguien: fallar en una cita, dejarlo/a esperando
(7) Chamuyo: Historia inventada, mentira flagrante. Hay que tener mucha habilidad para que sea creible.
(8) Salvarse de por vida: Parece que en aquella época le daban demasiada importancia al casamiento
(9) La pegaste: Acertaste, te fue bien
6 Reacciones
  1. Quetzali Dice:

    Esta buenisimo esto... mhhh quisiera me avisaras si encuentras un adelanto-ver.
    Ahora pa inverntar tal argumento hay que ser bien chamuyento!!!pero digamos que la pegaste con este post!!! jajajajaja...Besos, cariños y más...


  2. Bue, en realidad el cuento original, el del canadiense, es cierto. Es cierto que se lo contó una viejita a mi amiga que enseña inglés...
    A medida que me lo contaba, yo me iba imaginando como seria el "detrás de la escena" de tan interesante historia, y me reí mucho... jejejeje
    Igual me sentí un "refutador de leyendas", como los llamaba Dolina.

    Diego


  3. Quetzali Dice:

    Esto ta wenisimo!! Es un nuevo concepto para el chamuyo!!! Refundar las Leyendas!!! de verdad eres un maestro en esto jajaja...
    Desde mis oestes para tus estes... esperando que estes por estos oestes.... jajajaja que raro se ve sin acentos ni mayusculas!!!baccio..


  4. Jejejeje, ojalá... solo dije "refutador", o sea, destructor de leyendas, y no "refundador" :D


  5. Quetzali Dice:

    jaaaaaaaaaaaaajajaj es increible como uno proyecta no?? jaaaajaja... bueh aqui no hay caritas de verguenza pero de veritas pondria una jaja!!!! Besos para ti bello!!


  6. gastonkhan Dice:

    jeje, muy bueno
    te imaginás cuantas historias así habrá?
    Estoy seguro que más de uno la ha zafado así.